miércoles, 5 de octubre de 2011

AÑO 13 - N° 80 OCTUBRE 2011 (LA SINCERIDAD)

La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…

Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.

Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.

También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.

Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.

La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona.

La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún.

Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras.

A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad.

AÑO 13 - N° 80 OCTUBRE 2011 (FELICITACIONES)

Quiero darle mis felicitaciones Al Exarcado
Greco Católico Melkita en Venezuela.
Obispo Exarca y sacerdotes, Al Sr. Antonio Idilbi
y esposa Jamal Abyad, por la ordenación
sacerdotal del diacono KARIM IDILBI.
Que el Señor le haga sacerdote muy santo,
en su maravilloso apostolado, de hacer amar a
nuestra Santísima Virgen María y en todo lo que
es del ministerio sacerdotal. Por ti reverendo
padre KARIM oramos cada día y queremos
darle nuevamente nuestras sinceras
felicitaciones.




El Obispo Exarca
Monseñor HIKMAT BEYLOUNI
de los Siriacos Católicos de Venezuela y sus sacerdotes

AÑO 13 - N° 80 OCTUBRE 2011 (LES DI UNAS ENSEÑANZAS SENCILLAS)

Mor Timoteo Hikmat Beyilouni
Obispo EXARCA


Queridos Lectores


Verdaderos hermanos en la fe y el amor de Dios, que Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Salvador derrame su gracia y su az sobre ustedes. En su conocimiento que el señor me ha enviado para todos, para a dar a conocer su mensaje, por la predicación y el conocimiento de la verdad que se encuentra en nuestra religión Cristiana, utilizando este medio "Huracanes Espirituales", El Soplo del Espíritu Santo, este espíritu derramado en nosotros, nos conforta con sus dones para trabajar con mucho entusiasmo por el Reino de Dios.

Estoy rogando por ustedes amados lectores en mis oraciones que se mantengan perfectamente firmes en su fe y esperanza y oren ustedes por mí a fin de que el Señor me llene de sabiduría para predicar el mensaje y anunciar con valentía sin pena ni miedo las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia y para que todo, lo hago de buena gana.

Dice San Pablo en su carta a los colosenses 2 : 8 "Tengan cuidado, no se dejen engañar por quienes los quieran engañar con teorías, argumentos falsos, pues elos no se apoyan en Cristo sino en las tradiciones de ls hombres y en los poderes que no dominan este mundo".